27 de mayo de 2007
El 27 de marzo de 2007 me rompà el fémur. Es odioso recordar fechas que te traen malos recuerdos, pero no se puede evitar, se pegan a la materia gris con insidia. Fueron 20 dÃas en el hospital y son dos meses sin poner el pie en el suelo. Os podéis imaginar.
En teorÃa estos 2 meses hubiesen sido perfectos para volcarse en esta bitácora y haber escrito todos los dÃas, pero la sensación más profunda que he vivido es el deseo de que el tiempo pase lo más rápidamente posible. Ninguna gana de dar rienda suelta a los malos momentos, y hubieron algunos, sobrevividos. Ni siquiera a los buenos. Aún no puedo andar, he perdido la escasa musculatura, pero estoy en ello.
Bueno, supongo que tarde o temprano, tenÃa que contarlo.
22 de abril de 2007
Esta noche tenÃa una cita con Nicolás. Pero no he podido ir. Ya os explicaré el porqué. No obstante, alguien me llamó desde Málaga y a través del teléfono móvil pude escuchar a Nicolás bramar, maldecir y montar una jarana tremenda. Y eso que se suponÃa que aparecerÃa solo ?¿. Asà que se que los que estuvisteis con Nicolás lo pasasteis muy bien. Me alegro. Y doy las gracias a V por acordarse de mi.
Ha sido una semana dura. Ni Darren Hayman, ni Bombones, ni Nicolás… bueno, ahora que me acuerdo, Pq me trajo bombones. Gracias a ti también.
Un abrazo a todos. Vivo y casi pataleando.
28 de febrero de 2007
TenÃa yo pensado crear una sección en esta bitácora dedicada a esos discos que amas en lo más profundo, esos discos humildes pero grandes en los que parece que sólo tú te has fijado, esos discos que pones a los amigos cuando te visitan y en la mayorÃa de los casos ni siquiera perciben que algo especial suena, esos que grabas y que quedan olvidados en lo más profundo de las discotecas de tus colegas hasta que unos años más tarde te vienen con el disco para decirte que han descubierto algo fantástico. SonrÃes y les dices que sÃ, que el disco es magnÃfico.
Me parecÃa que era la mejor forma de compartir vivencias musicales y rincones interiores, lo que me seduce, sublima y derrota. No le veÃa utilidad ni me apetecÃa comentar lo bueno que es el último «gran» disco del grupo «sensación». Y hablar de la música que me gusta no deja de ser uno de los principales motivos de escribir aquÃ.
Pues bueno, todo esto viene a que hoy se me ha ocurrido buscar la web de Tom Verlaine. Sonó una canción en un recopilatorio de Rock de Lux que puse esta mañana y querÃa ponerme al dÃa de las últimas creaciones del Sr. TV.
Y en la excelente web http://www.marquee.demon.co.uk/ he encontrado una sección que desarrolla mi idea de mejor forma. Un tablero donde se comparten discos olvidados. Yo ya estoy curioseando y buscando algunas de esas obras. Quizás te apetezca, The Great Lost Albums: http://www.marquee.demon.co.uk/lost.htm.
En la televisión ponen un documental sobre Las Merindades, cuna del Reino de Castilla, en la provincia de Burgos, y realmente me gustarÃa visitar ese lugar. A ver si convenzo a alguien…. DifÃcil.
28 de febrero de 2007
He comprado entradas para el concierto de Nick Cave en el Teatro Cervantes. Tengo que dar las gracias a Ld, pues de no haberme llamado hubiese llegado demasiado tarde. Y con eso, he pillado 4 entradas en la fila 14, la penúltima de aforo de patio. Será de lejos, pero con un poco de suerte estaremos allÃ, el 22 de abril. Esto me pone bastante nervioso. Nick Cave a tiro, sólo a 03h14, de los cuales 02h35 en vÃas rápidas, o 274km, de los cuales 247km en vÃas rápidas, y a 39.17 EUR de transporte, de los cuales 11.85 EUR de peaje y 27.32 EUR de carburante. Un guia de viaje dixit.
Tenemos tiempo para empaparnos de Nick Cave, de recuperar sus viejos discos y repasar su ya inmensa discografÃa. Curiosamente estoy esperando la llegada de varios de sus discos clásicos en cd que encontré a buen precio y que deberÃan estar en mis manos está semana. Será acústico y en solitario, asà que mejor llevar las letras frescas en la mente. Esperemos que llueva mucho durante los dos próximos meses.
14 de febrero de 2007
Cuando me planteé escribir esta bitácora no era demasiaco consciente del compromiso que supone hacerlo. Hay que ser constante, pues no hay vida si de vez en cuando no hilvanas algunas frases y publicas unas palabras que puedan saciar la curiosidad del desconocido.
No dije a nadie que iba a abrir esta bitácora, me apetecÃa mantenerlo oculto, sobre todo porque no sabÃa en qué iba a terminar convirtiendose. De hecho, aún sigue asÃ, indefinida, entre vaivenes, con la única fidelidad de ser en parte yo. Y acucia saber que a pesar del pretendido anonimato, ya alguién se te acercó y te dijo: «Estoy leyendo tu blog». ¡Vaya responsabilidad!
Por ello, al igual que no telefoneo a ese amigo al que puede que le viniese bien mi llamada, aunque no dejo de pensar en que tengo que llamarlo en cuanto pueda, ha sido una constante el pensar que no quiero dejar abandonado esta punto de comunicación/reflexión pública. No lo voy a dejar morir, y me gustarÃa pensar que en el futuro voy a ser capaz de dedicarle el suficiente tiempo como para justificar su ahora intermitente existencia, esa vida que ahora básicamente es en mi cabeza, cada vez que pienso que este tema, esta idea, esta situación podrÃa venir bien para escribir y que a redacto bajo la ducha o en duermevela con la esperanza de que unas horas más tarde pueda recordarlo. Y las musas se escabullen con los recuerdos.
Se supone que una bitácora tiene un principio y un fin (esto último es seguro), pero ésta es aún material inacabado, desde los contenidos hasta el continente. Menús que no llevan a ningún sitio, páginas estáticas vacÃas, galerÃas de fotos sin fotos…. Me gustarÃa prometer que no siempre va a ser asÃ, pero sufro del mal de no acabar de nada, de los mil proyectos inconclusos, aspecto que me irrita y que ha acabado convirtiéndose en un aspecto algo paranoico de mi existencia cotidiana. No he acabado esto, cuando ya deseo empezar aquello. Y no quedo satisfecho. Y lo intento.
Si he de justificar mi contradicción, sólo podrÃa decir que el hecho de no escribir no se corresponde con flojera o desidia. Como ya os insinuaba anteriormente, he pasado los últimos meses involucrado en un proyecto conjunto con JC. Este se llama SurAventura, y ya es realidad como sitio web en la dirección: http://www.suraventura.net. Han sido unos meses de intensa tarea en las horas post-jornada de trabajo, compartiendo y aprendiendo a pelo. SurAventura es básicamente un directorio/guÃa sobre el turismo en la naturaleza andaluza realizado utilizando software gratuito o de bajo coste. Veremos si con el tiempo acaba siendo la referencia y el cauce participativo que esperamos. Eso nos ha animado a hacerlo al menos. Cualquier crÃtica, comentario o aportación os será sinceramente agradecida.
Espero que SurAventura aprenda a rodar a solas pronto y que yo pueda disponer de más tiempo para encontrarme con vosotros. En la calle o aquÃ, ¡nos vemos!
27 de enero de 2007
Lo que sigue es de octubre pasado pero no quisiera dejarlo morir sin publicar:
Supongo que no escribir mucho no es demasiado mal sÃntoma. No me ha ocurrido nada remarcable últimamente y además sigo muy ocupado.
El trabajo en suraventura.es, un portal sobre turismo en los entornos naturales de AndalucÃa va avanzando. Aún sigue cerrado al público pero poco a poco se le va viendo el color y es posible que en un par de meses esté en periodo de pruebas. No cuento más sobre su contenido porque me gustarÃa hacerlo al detalle más adelante.
Otro aspecto que me ha hecho no tener mucho tiempo para escribir es el haberme reencontrado con la música. Llevo unos dÃas escuchando todo lo que puedo y he tenido el placer de dar con unos cuantos discos que me han interesado. Todo empezó con un patada en plena cara: «The Drift» de Scott Walker (¡No, no es el gobernador de Wisconsin!). Supongo que semenjante bestialidad sonora me puso en orbita. Mucho más de lo que se podrÃa esperar de aquel que fue Ãdolo para adolescentes (Scott Engel), emperador del drama hecho canción perfecta (Scott Walker and The Walkers Brothers) y algo más que un «crooner» muy dificil de encajar por mentes estrechas (el resto de su existencia). Por otro lado, tenÃa pendiente «Chávez Ravine» de Ry Cooder. Ya sabÃa que me iba a gustar, de siempre me ha interesado la música de Cooder, desde que hace muchos años me encontré con «Bop till you drop», y eso que no es de sus mejores. Realmente no, lo primero que llamó la atención de él fue la música de informe semanal, creo. Utilizaban la banda sonora de la pelÃcula «Paris, Texas«. Si, ahà fue donde empezó todo. Me la grabaron en una cinta, de cromo, muy cara, que me costo un riñon pero se iba a grabar en una pletina Nakamichi. Y le pillé mucho cariño en mis noches de estudio universitario a pesar de que sonaba regular quizás por haberse grabado en semejante artilugio de sonoro lujo. ¡Cómo son los recuerdos!, se van entrelazando al salir, como el cabo de una madeja. Pues bien, excelente el raicudiano, que homónimo adjetivo merece. Después han sido otros discos menores, pero escuchandos con patente entrega: «The Soft and the Hardcore» de Tender Forever, «The Evens» de The Evens, Troy Von Balthazar. Al menos, nos queda la música.
22 de enero de 2007
Estuve en Cádiz para asistir a la actuación de Micah P. Hinson con Will Johnson.
26 de diciembre de 2006
Se fue la Navidad. Es curioso pero cada año pasa de una forma más pausada y tranquila, como si se diluyese. Quedan muy lejos aquellos años de la juventud y la niñez cuando estos dÃas estaban cargados de emotividad. Casi se agradece. Comer bien, dormir mejor, y descansar.
Esta tarde quedé con unos amigos a los que quiero mucho y a los que no veo demasiado. Unas copas de Pedro Ximenez, una canciones en el viejo tocadiscos y salimos a cenar. Esto dice mucho de como somos, de la facilidad para vivir al margen de la realidad que los tres tenemos. El dÃa 25 casi todos los bares y restaurantes permanecen cerrados y no habÃa demasiado donde elegir. Menos mal que al final encontramos algo y pudimos comer tranquilos y calentitos.
Parece que toda la noche me he regocijado en llevar la contraria a JS. Pero no ha sido asÃ. Simplemente no opinaba lo mismo. No quisiera haberle echo pensar eso. Me temo que lo poco que hablamos últimamente, lo poco que nos vemos, nos ha distanciado bastante. Y no me gustarÃa que fuese asÃ. Lo quiero mucho y lo echo lo mismo de menos.
Con CRML haciamos un trio. Ella no ha cambiado nada, sigue siendo nuestra CRML. Y reconforta su autenticidad. Y que aún nos aprecie, y nos haya llamado y nos hayamos visto.
Yo he estado muy elocuente. Se me escapaban las palabras por las comisuras de los labios y por los orificios nasales. Tanto sin compartir, tanto silencio, que las palabras no se dejaban retener y brotaban a borbotones. Al final casi me sentÃa un poco mal, como si se sonriesen al escucharme y se mofasen de la intensidad de mis expresiones. Me temo que debÃa hablar más, pero a la vez contenerme un poco. Creciendo en público.
1 de diciembre de 2006
De concierto a concierto. Parece que estos son la perfecta excusa para escribir. Esta noche en el Aulario La Bomba de Cádiz hemos disfrutado de la actuación de Stuart A. Staples y sus secuaces. Acabo de visitar su web y resulta curioso ver, en la lista que encabezada por «Concerts» constituye su espartana página de inicio, que la última fecha corresponde a: «NOVEMBER 30, CADIZ, Aulario la bomba». La falta de costumbre de que nos toque la china. Actuaron ayer en Madrid y antesdeayer en Barcelona, únicos conciertos en la penÃnsula… Cádiz se sale, a la altura de las capitales. Una vez más, gracias a Salvador y Cia.
El concierto ha sido fantástico, en familia, unas 100 personas ensimismadas y rendidas, y las canciones de Stuart sin Tindersticks incluso ganan en diversidad y sabrosas aristas musicales. Para recordar: la minúscula trompeta y exagerado saxofón, el metrónomo de una sola canción, las maracas para el bis (hubo bis), los movimientos y la forma de tocar del baterÃa, los sonidos extraidos de su guitarra por el solista, el teclado con test alcoholemico, la manera de sentir la música de Stuart, la melenita del contrabajista, … ¡ah! y la bonita voz y semblante de la telonera berlinesa de nombre y cancionero en español.
Es hora de dormir.
20 de noviembre de 2006
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El pasado lunes a esta misma hora, poco menos, salÃamos del concierto de Wedding Present a la húmeda realidad de las calles de Cádiz. Atrás quedaban la urgencia juvenil de los viejos clásicos acelerados, su pop académico y cariñoso, el rock ruidoso de los tiempos difÃciles. Y caminabamos satisfechos, al menos en mi caso, hacia cualquier bar abierto donde tomar un par de cervezas. Urgencia de pegamento emocional etÃlico con el que fijar las imágenes y sonidos de la actuación. Acabamos en uno, con pinta «Erasmus», muy juvenil, muy actual, repleto en su exiguo tamaño con poco mas de 20 personas. Un poco de queso manchego y jamón serrano y una intermitente conversación con los amigos que no ves muy a menudo.
Si siendo joven me hubiesen hablado de los conciertos que iba a ver de adulto ?¿)?%»^¿?, estoy seguro que no lo habrÃa creido. Yo nunca debà ver a Go-Betweens, ni Stooges, ni a John Cale, ni Cramps, ni REM, ni ese largo etcétera de los últimos 10 o 15 años. Han sido unos cuantos, inesperados, intensos, subyugantes encuentros con los Ãdolos musicales de los tiempos mozos. Y ellos, al igual que yo, habÃan envejecido, pero no por ello dejé de disfrutarlos en lo más profundo. Si, ya no somos los mismos, pero nos queda cierto espitirtu común, un cierto rescoldo de… rock’n’roll.
Por eso ver a los Wedding Present fue maravilloso. No debà haberlos visto. No correspondÃa. Una jugada del azar. Cosas que no deberÃan haber ocurrido. AnomalÃas en el espacio tiempo, tan poco probables, como el hecho de recibir, en mi caso, un regalo de bodas.