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palabras bajo el peso de la gravedad

hard times, movie times

Los últimos dos meses han sido bastante duros. La enfermedad parece haberse adueñado de la realidad cotidiana. Respecto a la mí­a, empiezo a estar cansado, de la lenta recuperación, de las muchas visitas al médico, de las muchas horas de fisioterapia, del abogado, del perito médico, del inspector de la seguridad social, de las citas, de las idas y venidas. Luego está la extraña enfermedad de mi padre, de la que parece estar recuperándose. Además, los males de los familiares y allegados. Da mucho miedo cuando todo suena a enfermedad y su aliento se expande cual nube bruna sobre nuestras cabezas.

También estoy cansado de la necesidad de no estar parado, de inventarme mil tareas inconclusas e interminables. De trabajar como un mulo en trabajos indefinidos.

A pesar de todo, ya pasó la depresión con la empecé el año y ahora el ánimo es bueno y positivista. Seguiremos adelante.

La mejor ayuda ha venido de nuevo del cine, de las variadas y buenas pelí­culas vistas últimamente: ‘La escafandra y la mariposa’, ‘No es Paí­s para viejos’, ‘Juno’, ‘En el valle de Elah’, ‘4 meses, 3 semanas, 2 dí­as’, ‘Deseo Peligro’, ‘Hacia rutas salvajes’, ‘Irina Palm’, ‘This is England’, … Ojalá siga la racha… me refiero al cine, de lo demás, ya vale…

momentos estelares de la existencia

El dulce olor a regaliz que se desprende cuando abres el envase de un DVD+R, de doble capa y 2.4x, de la marca Verbatim.

Driving for movies

Me gusta el cine. Bueno, me gusta ver películas. Es una actividad recreativa que disfruto y a la que estoy dedicando más tiempo últimamente del que dejo para mi gran pasión, el disfrute sonoro. Nunca lo hubiese pensado, pero ha acabado siendo así.

Comparto la afición con un par de buenos amigos. Como en nuestro lugar de residencia sólo hay un cine, al que no puedo asistir por problemas de accesibilidad, ir al cine significa hacer kilómetros. Durante los últimos años nos hemos pateado casi todas las salas de cine en un radio de unos 50 kms. (incluso hemos llegado a alejarnos 150 kms para ver alguna peli). Kilómetros y kilómetros, llevamos muchos a las espaldas, basta con hacer una simple cuenta: dos o tres días a la semana, 30 o 40 kms por tramo, todo el año excepto el verano, bastantes años,… debería salir un número astronómico. No es únicamente que en los cines de mi pueblo sólo puedas ver las películas a 5 metros de la pantalla si estás «perjudicado» físicamente, también es que únicamente ponen el cine más comercial y vacuo.

Conducir para ver pelis no está tan mal. En el viaje de ida nos saludamos como buenos amigos y nos interesamos por lo que ocurre en la vida de los demás. Comentamos los últimos discos escuchados e incluso pisoteamos algún tema de actualidad, de esos que salen en los periódicos y la tv. En la vuelta, tenemos media hora segura para comentar la película, eso si ha merecido la pena, en caso contrario bastará con unas leves frases y la pregunta de si ha merecido la pena tanto kilómetro para ver la birria en cuestión.

De esa forma, con kilómetros y nocturnidad nos mantenemos casi al día respecto al cine que se estrena. Quiero decir, el que se estrena en la provincia de Cádiz. Son muchas las películas que no llegan a las salas de provincia. Y de un tiempo a esta parte, este hueco va quedando completo gracias a Internet. Así que, lo dicho, paso más horas frente a las imágenes que retozando en las últimas grabaciones de mis grupos favoritos.

Voy a utilizar una página que titulo «See No Evil» para listar las pelis que veo y qué me han parecido, aunque sea con una simple valoración numérica. Y si puedes, aconsejame alguna….

compromiso

Uf… cuanto hace que no escribía por aquí. Para hacerlo hace falta tiempo y de eso no tengo demasiado. Algo me dice que no debería dejarlo, que es bonito el esfuerzo, que es fundamental volver a este lugar de vez en cuando y dejar unas palabras. Al menos, no hay falta de intención ni tampoco falta de motivación: Paul Weller en Córdoba, el estreno de Bone Machine, la visita de Robyn Hitchcock al Puerto y, hace solo 3 días, el encuentro con Rufus Wainwright en Málaga. También quería haber escrito sobre la temporada cinefila invernal, de mis últimos trabajos gráficos, … No es por falta de material, pero si de tiempo e inspiración.

Hoy he visto «Leones por corderos», y cuando volvíamos a casa, al comentarla con los amigos, algo me ha dicho que no estaría mal sacar tiempo de donde no lo hay y ponerme a escribir al menos unas palabras de vez en cuando.

Gracias a los que me habéis leído y a los que me dais palabras de ánimo.
Nos seguiremos encontrando por aquí, de vez en cuando…

Antes de lo esperado

Suicidios cotidianos vol. 1

Utilizar el mundo digital como entretenimiento es uno de los peores errores que una persona puede cometer. Bueno, a no ser que lo tengas muy claro y no te dejes llevar por los muchos ganchos que la pantalla y sus secuaces suelen ofrecer. Esta noche, por ejemplo, se suponía que iba a escribir algo en este espacio. Me vine a la cama, con el portátil, lo encendí, y… abrí mi navegador favorito. Éste me avisa de que hay una actualización pendiente y procede a instalarla. Venga, ¡ánimo!, te esperaré.

Pero mientras, la típica e impertinente «bombillita» se enciende en tu cabeza. No podemos estar parados ni un minuto. «El tiempo es oro»… Mientras voy a hacer yo que se yo… Y cuando vas a pulsar ese fantástico icono de acceso rápido que te teletransporta en un periquete al escritorio, ¡puñetas!,… el icono ha desaparecido. Y otra ventanita te avisa de que aunque no está, ella se encarga de buscarlo y tu, ¡animo!, a esperar unos minutos a que lo encuentre o… se rinda.

Menos mal que tenemos Internet, abro otro navegador -mi favorito aún se está actualizando- y me pongo a buscar una solución para el icono «fugado». Mejor buscamos en inglés, lo importante es dar con las palabras adecuadas: s h o w + d e s k t o p + i c o n + m i s s i n g. Suspirar y nuestro buscador favorito nos ofrece una retahíla de enlaces con la solución. Este mismoy. Nunca es tarde para aprender algo nuevo… y más si es de «Güindous». Veamos, esto del «mostrar escritorio» no es un acceso directo… no es tan fácil de recuperar… bueno si. Las instrucciones son sencillas… menos mal que aquí en Internet hay mucha gente caritativa dispuesta a ayudar -una pena la irritante publicidad- y en unos minutos, creando un fichero «script» y situándolo en la carpeta adecuada -por cierto, la página está mal en esto-…. ya tenemos nuestro acceso rápido al escritorio.

Y… ¿para qué quería yo ir al escritorio? El navegador favorito se ha quedado pillado y no acaba de actualizarse, que le vamos a hacer, pulsamos cancelar que lo que le faltaba no es importante. Ya se te ha ido la hora que esperabas dedicar a escribir un poquito en tu abandonada bitácora. Es más, aun te queda revisar lo escrito y corregir las faltas de ortografía -al menos, las que veas a estas horas o seas capaz de reconocer-.

Lo dicho, utilizar tu computadora como divertimento cotidiano es un verdadero suicidio. Y lo hacemos a menudo. Resulta duro leer estas palabras de quién ama a estas jodidas máquina binarias… pero hay días que hasta yo desespero.

Working on (the chain gang)

Desde ayer he estado trabajando duro en esta bitácora que lees. Hacía mucho que no disponía de tiempo y ha sido un auténtico placer, aunque al final ha resultado agotador y a estas alturas estoy para el arrastre.

Quería incluir en la bitácola lo que los de habla inglesa llaman «What’s playing» (Lo que se está reproduciendo, lo que escucho). Es decir, presentar de alguna manera los últimos discos o canciones que vengo disfrutando en mi computadora. Ya me había acercado lejanamente usando el «plug-in» Addictions de Joey Brooks, simple pero útil y efectivo para mostrar tus últimos favoritos en cuanto a música, pelis, libros y videojuegos. El problema es que no es automático y hay que introducir las entradas.

Curioseando, me fui a topar con Last.fm y me decidí a darme de alta. Estoy gratamente sorprendido. La página está en español y el proceso de alta es fácil. Se instala una aplicación en local que se encarga de recopilar lo que escuchas en tu pc mediante cualquiera de los reproductores de música que tengas instalados -me detectó Winamp, Itunes y el Windows Media Player- , para los que también instala un «plug-in» para cada uno. ¡Listo! En segundo tienes estadísticas de lo que vas escuchando y formas parte de una comunidad en la que puedes encontrar almas paralelas, descubrir nuevas bandas, escuchar un estilo determinado mediante etiquetas, solicitar una sesión musical a partir de una semilla como el nombre de un grupo, etc. El diseño de la página es excelente, muy fácil de usar y rápida. Puedes encontrar mi perfil como mascahierro.

Para probarlo introduje como semilla «Syd Barret» y fueron sonando uno tras otro: Syd Barret, Lou Reed, Electric Plunes -un acierto-, Love -aquí caí rendido-, Traffic, Silver Apples, Tomorrow, Bob Dylan, Captain Beefheart and His Magic Band, Frank Zappa, The Doors, Neil Young, … no está mal. Perfecto para el trabajo, por ejemplo, cuando no te puedes entretener en seleccionar lo que vas a escuchar, ¿qué te apetece hoy?

También proporcionan unos pequeños programas («widgets») para agregar tus listas, un reproductor, etc a tu blog de forma automática. No obstante, yo he optado por utilizar el «plug-in» Last.Fm Records de hondje van Dirkie -supongo que su nombre – que muestra las portadas de las últimas escuchas y utiliza un sistema de caché para no cargar mucho al blog. Esta es la página oficial en inglés. De todas formas tengo la intención de seguir probando otros «plugins» hasta encontrar el que más me guste.

Habrá que probarlo a fondo, pero en un principio parece excelente si quieres compartir tus gustos musicales y no te importa que tus preferencias pasen a formar parte de interminables datos estadísticos que serán, probablemente, vendidos al mejor postor para mantener los servicios gratuitos. Siglo XXI….

No ha sido el único cambio, pero lo dejaremos para otro día.

Tom Waits Revisited

Ayer estuvo a visitarme AB. Como siempre, charlar con él unas horas es un placer inmenso. Hablamos de los talleres sobre iniciación a la lectura que anda preparando, de su reciente viaje a Lisboa, del que yo hice, del Tajo y los alrededores de la capital, del deseo de ir a Oporto y recorrer el Duero, y sobre todo, lo que motiva este mensaje, de su nueva aventura musical.

El azar a veces nos sorprende y nos situa convenientemente para que pasen cosas. Su interpretación de un par de versiones de Tom Waits tras un bolo o algo así, le puso en contacto con otros sempiternos amantes del Sr. al que todos esperamos por la piel del toro. Y… surgió la idea de montar una banda de versiones. Pues eso, ayer le preste unos cuantos cds y se van a poner a elegir los temas y ensayar pronto. Me muero por asistir a su primera actuación. AB solo cantará, siente ganas de soltar la guitarra por una vez y convertirse en el maestro de ceremonias… y con él, la diversión está garantizada. Pues nada, a esperar a que estos aprendices de Waiters o TomWaiters se aprendan los temas y monten la jarana. Estando AB, me pido la primera fila.

dame más espacio

Desde que perdí un disco duro hace unos meses llevo preocupado por la posibilidad de volver a perder información, además de acuciado y saturado por el crecimiento exponencial del tamaño y cantidad de los archivos.

Así que me he planteado la posibilidad de adquirir algún tipo de almacenamiento extra, para no andar siempre moviendo cosas de un lado para otro y hacerme con algún sistema de copias seguridad, a ser posible automatizado, pues si depende de uno, nunca acaban haciéndose.

Estos son los requerimientos iniciales:

• gran capacidad (al menos 300 Mb o más)
• almacenamiento en red, para poder utilizarlo desde varias máquinas
• duplicidad de la información (para evitar las tediosas copias de suguridad y tener menos posibilidades de perder algo)
• utilizable desde Linux

Su adquisición sería conjunta con un sistema de gestión energ�tica SAI, pues de nada te sirve tener duplicada la informaci�n si un subida de tensi�n acaba chamuscando todo.

Y aqu� empieza el problema. Como siempre que voy a adquirir un equipo electr�nico, me pierdo en el mar de la indecisi�n. Por un lado, lo bueno casi siempre es caro. Y por otro, suele ocurrir que lo barato sale caro a la larga.

Despu�s est� el efecto capricho: como veas algo y se te antoje, no hay forma, tienes que pillarlo

En futuros mensaje os comentar� los equipos que m�s me han gustado, por si agui�n puede aportar algo. Gracias.

el aire se quebró

Acaban de oirse un par de explosiones tremendas. Una sobre el eco de la otra. Y un zumbido como de motor de avión que se apagaba muy despacio. Y no pude pensar en otra cosa que lo siguiente sería la onda expansiva.

De repente, se sintió la congoja de la realidad, se hizo el silencio, tan solo se podía oir el miedo de todos, en la forma de una pregunta sin respuesta -¿qué coño ha pasado?-, y los aullidos asustados de los perros en la lejanía. Ahora se que el miedo colectivo es un silencio inabarcable.