Con amor para Phillae y Rosetta
Me he pasado casi todo el dÃa pendiente de nuestra amiga la sonda espacial Rosetta y de como se desprendÃa de su módulo de aterrizaje Philae. No sé cómo me enganché del tema y no podÃa dejar de mirar la emisión en directo de la agencia espacial ESA. Y no es que hubiese mucho que ver, tan sólo un montón de técnicos y cientÃficos extremadamente nerviosos esperando que los sensores retransmitiesen información desde allá en la lejanÃa, en el espacio profundo donde Philae se precipitaba hacia la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
En mis difusos recuerdos siempre pensé que habÃa visto en la tele las imágenes del Apolo 11. Ese astronauta descendiendo del módulo lunar y saltando en unas imágenes borrosas en blanco y negro, llenas de rayas y saltos. La famosa frase del «Pequeño Paso». Pero es imposible, debÃa tener entonces tres años recién cumplidos, ni siquiera estoy seguro de que tuviésemos televisión en casa. Seguramente vi las imágenes más tarde y las fijé en mi memoria, quizás sentà el deseo de haberlas vivido en directo.
Hoy se ha cumplido el deseo. He vivido el aterrizaje de Philae con la misma intensidad, contagiado del nerviosismo y pasión de todos los involucrados en la misión, saltando del Twitter al flujo de vÃdeo en directo. Imaginando cómo descendÃa el módulo, asustado con el complicado impacto con el cometa, … Y el «acometaje» fue un éxito.
PD: La banda sonora del dÃa ha sido el álbum «Ohio» de Lambchop. Cuando M llegó aún sonaban. Y le gustaron. Dijo que eran muy relajantes. Se rió cuando le dije que estaba escuchando a los «Chuleta de Cordero». Le expliqué lo importante que eran los silencios y paradas en la música, la emoción que transmiten. Más tarde, en la piscina, pensé cuanto me hubiese gustado escucharlos mientras flotaba bocarriba.